Arsacio con Antonia y Fidel
ARSACIO
Por Alberto Híjar Serrano
Arsacio  Vanegas Arroyo murió hace diez años por lo que Maritere Espinosa del  Taller de Construcción del Socialismo y del Socorro Rojo, propuso y  organizó una exposición en el Salón Che Guevara de la Embajada de Cuba  en México. El lunes 26, la inauguración contó con la representación  cubana y los veteranos de la solidaridad profunda como Antonio del Conde  ataviado con su chamarra de motociclista necesaria para los usos y  costumbres en ese medio de transporte. Designado con el seudónimo  perfecto de El Cuate resultó imposible de detectar por los cuerpos de  seguridad que no pudieron evitar su colaboración como armero culminada  en la compra y habilitación del yate Granma del que todavía es dueño  porque dice que los papeles de la donación al Estado Cubano se  extraviaron en algún archivo muerto. Llamar Cuate a un mexicano y Che a  un argentino era volverlos invisibles entre la multitud en la que esos  apelativos es cotidiana y común. La compañera Julieta recibió con  singular entusiasmo la mención de Alfonso Guillén Zelaya, el único  mexicano en la expedición entre los compañeros a quienes enseñó arme y  desarme para recibir el grado de capitán que ejerció en Cuba hasta su  muerte en 2010. Julieta conoció bien al compañero Guillén, egresado de  la Vocacional 4 y al igual que El Cuate ella sufrió prisión en Estados  Unidos después de haber transportado el dinero para la compra del yate.
          Maritere seleccionó fotos y documentos con puntería adiestrada por su  tenaz trabajo de historiadora de todo aquello que la estatolatría  considera marginal y despreciable. Por eso construye la memoria de Mario  Payeras y Yolanda Colom, los excelentes escritores que militaron en el  Ejército Guerrillero de los Pobres de Guatemala. La exposición tiene  como emblema el fragmento de una foto de Arsacio al lado de María  Antonia González, la de la legendaria casa de reunión revolucionaria,  Fidel y otras mujeres cigarro en mano como afirmación de su fuerza,  según observó Pepe Mendieta “Rambo”, el luchador hijo de una de las  fotografiadas. Sin duda la conversación con estos personajes enriqueció a  un cineasta norteamericano y a una pareja de jóvenes mexicanos que  están terminando una película sobre la familia Vanegas Arroyo.
Hay  otras fotos de Kid Vanegas, el luchador que puso sus conocimientos al  servicio del adiestramiento físico de quienes se embarcaron en el Granma  luego de resolver su aprehensión al ser descubiertos sus preparativos  subversivos antidictatoriales. Hay fotografías del grupo y documentos  amplificados de impresos de la empresa popular Vanegas Arroyo de larga  prosapia, porque Don Antonio publicó versos de Martí y cuadernillos  sobre la lucha cubana contra España y en especial uno dedicado al  internacionalista General Antonio Maceo. Arsacio y Blas mantuvieron  activa la imprenta y con la misma prensa de la que salieron impresas  danzas y canciones cubanas, imprimieron las primeras proclamas de Fidel y  los primeros bonos 26 de julio para reivindicar como principio lo que  pareció final al ser masacrados la mayoría de los asaltantes del Cuartel  Moncada en 1953. Para “convertir el revés en victoria” la familia  Vanegas resultó estratégica, tal como se recordó con la presencia de las  hermanas Irma y Joaquina, de sus hijos, uno de los cuales se llama Raúl  porque tiene como padrino a Raúl Castro.
          Más que historia patria, la de Nuestra América, según la precisión de  Martí contra el panamericanismo yanqui, la historia presente en las  fotos y amplificaciones de la exposición exige la referencia a la historia matria, la  del tierno amor solidario que hace de la humilde casa Vanegas en la  colonia Morelos, cerca del populoso Tepito y en la calle de  Penitenciaría que topa con la puerta principal de la antigua cárcel de  Lecumberri, un santuario, refugio y hogar para los expedicionarios. Esto  es mucho para que autoridad estatal alguna decida un museo de sitio  habitado por Posada y Manilla, Antonio Vanegas y su descendencia, los  revolucionarios cubanos que dejaron en la casa huellas de su paso  atesoradas por Irma y Joaquina. Ahí están libros dedicados, medallas,  cartas, equipo de campaña e impresos diversos.
          La carta de Fidel con su pésame y el del pueblo cubano está enmarcada y  amplificada como testimonio en la exposición de esta rica historia  usualmente ignorada por quienes ocultan que por México han pasado  importantes revolucionarios de Nuestra América. Alerta, la agregada  cultural cubana propuso organizar visitas coloquiales a la casa de las  Vanegas. Esta tarea le viene bien al TACOSO por su trabajo de la memoria  histórica urgente para descubrir modos de ser y estar de los que urgen  ahora.
28 septiembre 2011

1 comentario:
FALTA JUSTICIA CON LA FIGURA DE ARSACIO VANEGAS. HÉROE ANÓNIMO, ALGÚN DÍA LE SERÁ RECONOCIDA SU FIGURA DE VÉRTICE ENTRE UN MÉXICO PERDIDO ENTRE LOS GRABADOS DE POSADAS, LAS PELICULAS DEL SANTO Y LA CUBA REVOLUCIONARIA.
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