Primera Caída: Independientes contra neutrales
Como mencioné en mi anterior columna, desde hace tiempo intelectuales orgánicos como Enrique Krauze vienen declarando que en México no hay debate. A su ver, carecemos de discusión de altura, sobre todo en política. Puedo aceptar su crítica si ésta apunta a los disputados y gobernadores, pero no cuando se trata de los escritores independientes, aunque sean pocos los que enarbolan sin escepticismo esa bandera.
Al respecto, me podría responder Cesar Cortés de la AEMAC que mi lectura de Gramsci debiera ser más esforzada, citando de sus Cuadernos: "...toda la filosofía idealista se puede referir fácilmente a esta posición asumida por el complejo social de los intelectuales y define la expresión de esa utopía social según la cual los intelectuales se creen "independientes", autónomos, investidos de sus propios carácteres, etc.”. Acusatoria que en apariencia dejó al desnudo las contradicciones de los escritores que se dicen independientes y hace más un año denunciantes de la opacidad dentro de la AEMAC, lo que devino en descalificación y a la postre en ninguneo.
Para retomar el tema, le digo a Cortés (como lo pensé en ese momento) que continuaré leyendo detenidamente a Gramsci, para no caer (como él lo hizo) en la descontextualización de su pensamiento, pues esa “independencia” que menciona Gramsci se refiere a una connotación ideológica muy distinta, propia de los intelectuales orgánicos, que precisamente devela desde un bloque histórico como funcional a la “hegemonía”, mientras que la independencia nombrada por nosotros desde el presente se refiere precisamente a la descentralización del poder.
Esta voluntad de independencia se expresa sobre el Ring de poesía de distintas formas. Tanto en la competencia donde se reconoce al adversario, como en publicaciones enarboladas por editoriales que buscan autonomía, libertad y autogestión. Un ejemplo fue la antología de poesía 40 Barcos de Guerra, que incluyó a más de 168 poetas de diferentes entidades del país. Al respecto, frente a la pregunta que formuló José Francisco Conde Ortega (profesor-investigador de literatura de la UAM-Azcapotzalco) donde cuestiona si sólo "40 Barcos de Guerra" quería apoderarse del centro y ser el grupo hegemónico, los editores respondieron: “si quisiéramos ser ese grupo hegemónico entonces nos llamaríamos 40 soles de guerra”.
Por lo cual, le digo a Cortés desde este Ring que no se me olvida lo que pasó con la AEMAC y que seguimos en espera de una respuesta satisfactoria. Qué lástima que no se solidarizaron con aquellos poetas que debieron ser publicados de acuerdo con la convocatoria de los Premios Nacionales de Literatura “Enrique González Rojo” en 2008, en lugar de los libros misceláneos que discrecionalmente les publicó Nahum Torres con los recursos municipales del Ecatepec perredista. Si en un principio no tuvieron conocimiento, después de tanto tiempo sin una respuesta al menos con carácter ético, ya constituye una complicidad.
Segunda Caída: Domínguez Michael vs Paz con Justicia y Dignidad
Para continuar con el desmentido de que en México no existe debate, abordo ahora un escrito de Cristopher Domínguez Michael publicado en el periódico Reforma hace un mes, titulado “Javier Sicilia y su causa” (en otra columna comentaré lo propio con Enrique Krauze), sostiene que el movimiento encabezado por Sicilia no tiene mayor rumbo que, a lo mucho, formar una asociación civil.
Es cierto que han surgido varias asociaciones civiles con enfoque de seguridad a partir de sucesos tan dramáticos como el asesinato del Juan Francisco (ver el caso Wallace) que a la postre han terminado por ser funcionales al régimen (con tendencias a la derechización).
Sin embargo el movimiento Paz con Justicia y Dignidad, a menos en las declaraciones de Javier Sicilia en Ciudad Juárez y El paso del pasado 10 de junio, así como en el programa de acciones al que se llegó como resultado de las mesas de trabajo realizadas en la UACJ, muestra otra tendencia.
Un ejemplo importante de esto último es cuando Sicilia exigió a las autoridades, tanto de México como Estados Unidos, eliminar el Plan Mérida. Estos recursos de EE.UU en su mayor parte se destinan a armamento e inteligencia, alimentando el complejo militar-industrial norteamericano, pero también forman partidas que otorgan dinero precisamente a las asociaciones civiles afines al PAN y que Domínguez Michael menciona como referencia al criticar el rumbo del movimiento con sólo esa alternativa o el de la izquierda radical. De maniqueísmos está hecha la intelectualidad (véase a Heriberto Yépez o a Héctor Villareal).
Francamente me parecería una contradicción que Javier Sicilia buscara formar una Asociación Civil o agrupación nacional a favor del régimen calderonista y al mismo tiempo propugnara por la eliminación de su principal fuente de financiamiento actual. Es como si de pronto Calderón estuviera en pro de la legalización de las drogas, no podría ser porque se le caería la justificación de su “guerra” y la de sus patrones del norte.
Creo que como crítico literario, Domínguez Michael es muy agudo. En su columna del suplemento cultural El Ángel, comentó ampliamente el poemario de Sicilia “Tríptico del desierto” que ahora califica de polémico a partir de que recibió el premio Aguascalientes de poesía en 2009 y ante cuestionamientos como el de Evodio Escalante (publicado en Milenio) sobre hasta dónde llega la intertextualidad y dónde comienza el plagio de autores como Eliot y Rilke, varios críticos como Domínguez Michael salieron en lúcida defensa del poeta católico entonces galardonado.
Sin embargo, Cristopher Domínguez antes de entender el movimiento lo descalifica y lo condena a fracasar. Eso sí, no deja de aconsejarle al poeta que medie entre los indignados y “quienes consideramos que el presidente Calderón posee toda la legitimidad para combatir al narcotráfico con quienes consideran errada la estrategia”. Eso de susurrar al oído del rey es muy propio de la organicidad maquiavélica. Le pide que como líder carismático tenga una política de contención y que se distinga de los que realmente proponen un cambio de quienes sólo hacen “pacifismo histriónico y antigobiernismo ritual”.
El régimen criminal de Calderón, según esta lógica, puede quedar intacto. Sin embargo, el movimiento de Javier Sicilia se le vuelve a adelantar a Domínguez Michael en su pronóstico, y lo rebaza, ya que la Caravana de Cuernavaca a Ciudad Juárez, constituyó en su conjunto una expresión de resistencia y propuestas fidedignas con el sentir de la gente “más dolida”, pues una de las principales demandas como resultado de este viaje emprendido hacia el norte del país, es el juicio político al Presidente de Domínguez Michael: Felipe Calderón.
Cristopher Domínguez Michael al final de su texto vuelve a la estafeta de crítico literario y alcanza a formular que “al menos en la historia literaria de México es muy raro que caiga un peso tan enorme en la espalda de un escritor”. Pero ni eso ha sido del todo, a pesar del dolor del poeta, pues la caravana fue adquiriendo una clara connotación religiosa además de las expresiones de inconformidad cívicas (por pacíficas), muestras de compasión donde Javier Sicilia seguramente además de escuchar historias indignantes (por terribles), recibió el abrazo de muchas personas, quitándole así ese peso enorme de encima, porque cuando una persona simplemente abraza a otra, éste tiene los ánimos de continuar, dándole la certeza de que con el asesinato de un hijo no termina la vida, ni la poesía, sino que comienza una lucha por justicia donde no estaremos solos. En Ciudad Juárez la población civil, no es sólo un deseo sino un hecho, resiste.
De la misma forma, algunos juarenses con los que platiqué opinan que el poeta no es Dios como para que lleve justicia a esa ciudad fronteriza y en parte estoy de acuerdo. Pero también hay un desánimo en la gente y un dolor ante tanta injusticia, que la causa de Sicilia alivia a los deudos y convoca a los inconformes. El dolor es la razón de su liderazgo (eso sí: la primera vez que en México un poeta toma un papel de esta envergadura), lo que hace que las personas confíen de nuevo, en miras a consolidar el Pacto Nacional, porque consideran que Sicilia se encuentra en las mismas circunstancias de perder a un hijo y que esto mismo lo va a llevar a ser congruente hasta sus últimas consecuencias.
Tercera caída: Sueños de Silvia vs Comerciales de Calderón
La semana pasada Silvia y yo queríamos ir con la caravana a Ciudad Juárez, pero ambos fuimos cautivos de la Ciudad de México (por nuestras respectivas labores). El jueves en la noche me dijo que extrañaba más que de costumbre a su familia que vive allá en “juaritos” (donde ella nació y creció), que le hubiera gustado asistir sobre todo a las mesas de discusión de la UACJ (donde estudió sociología). Se durmió pensando en eso.
A la mañana siguiente que despertó, me contó que tuvo un sueño demasiado pesado, donde se dirigía ella sola en un camión para Ciudad Juárez y que a cierta altura de la carretera unos sicarios paraban el autobús y bajaban a todos los pasajeros, luego los llevaban a una bodega donde estaban más personas. Ahí estaban obligando a una mujer embarazada a parir y el sueño termina cuando le dan un tiro en la cabeza. De vez en cuanto vuelven sueños terribles donde el miedo se hace amo y señor , pero éste en especial significa su deseo por llegar a Ciudad Juárez en estos días que parecen de vital trascendencia. Aunque ella ya lleva varios meses conmigo, es verdad que muchos juarenses tienen pesadillas, dormidos y despiertos, problemas de insomnio a raíz de escuchar por la noche balaceras y por supuesto paranoia (son los males silenciosos) mientras que Calderón seguramente duerme muy tranquilo.
El viernes Silvia estuvo buscando información sobre la caravana y encontró que los medios de comunicación independiente habían dado amplia cobertura al movimiento encabezado por Sicilia, mientras que en medios oficiales las noticias estuvieron enfocadas en políticos en tiempos electorales. Eso le llamó la atención, porque también nos muestra la cobertura ciudadana del movimiento, de tal forma que podamos decir: “no estuve ahí pero no olvido”, donde la gran cantidad de noticias vertidas sobre la caravana constataba no sólo que este hecho era uno de los más relevantes en el país, sino que también facilitó elementos para relacionar los discursos generados desde el gobierno, por intelectuales como Krauze (que deja el beneficio de la duda sobre el movimiento) y Domínguez (que lo deshecha), frente a los significados (por ejemplo ¿qué representa Sicilia?) que se van articulando desde el movimiento mismo y que va dando contenido a la lucha.
Ya por la noche del viernes 10 de junio, vi en la televisión un comercial pagado por el Gobierno Federal, que me dejó pasmado (peor que el sueño de Silvia). En él, con motivo del día del ejército, aparecen militares preparándose para la batalla. Mientras realizan sus “labores” propias de entrenamiento, cada militar que aparece va gritando (como en regimiento) un nombre diferente: “Por Lupita”, por Carlos”, por María, etc.”, "muy patriotas", pensé, un sicario en cada hijo te dio. Entonces, vino a mi mente la marcha en el Zócalo de la Ciudad de México, cuando María Rivera leyó su poema “Los muertos”. En él también se nombran a las víctimas en sucesión de imágenes que a muchos conmovieron hasta las lágrimas:
“...se llaman Gelder (17) Daniel (22) Filmar (24) Ismael (15) Agustín (20) José (16) Jacinta (21) Inés (28) Francisco (53)…entre matorrales, amordazados…en parajes olvidados…desintegrándose muda, calladamente, se llaman secretos de sicarios, secretos de matanzas, secretos de policías, se llaman llanto…”
Por eso me parece perverso que Felipe Calderón pretenda apropiarse de los discursos que le exigen justicia y se quiera deformar a tal punto esta reivindicación de modo que deje de ser parte de un ideario ciudadano y se degenere en slogan de publicidad gubernamental, encima para justificar un régimen de militarización. Como también cuando Calderón anunció el programa “Todos somos Juárez” con referencia clara al zapatismo (“todos somos Marcos” ¿se acuerdan?); “Iniciativa México” (¿cuándo dejarán de hablar en nombre de todos?) o cuando dijo “yo también estoy (como ustedes) hasta la madre” (con referencia a la protesta de Sicilia).
El comercial pro-militarización del país del Gobierno Federal "Por ti", sin embargo, no trasmite ni conmueve lo mismo que el poema “Los muertos” de María Rivera (también galardonada con el Premio Poesía Aguascalientes), aunque el discurso hegemónico se apropie de propuestas ciudadanas como la de Sicilia de nombrar a todos nuestros muertos. Pero la poesía no será nunca un instrumento del poder, pues no responde a una lógica de dominación, sino que responde a esa necesidad vital de nombrar el mundo para redescubrirlo, con una nueva mirada indispensable para conseguir un cambio de rumbo. Sin embargo, toca a las y los poetas velar porque la poesía siga ocupando un lugar primordial en las vidas de las personas y que tenga la fuerza suficiente para transformar la realidad: No olvidamos.
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