lunes, 13 de junio de 2011

Sólo falta tu Epitafio

A  J.A.C 


De un cementerio de fierros retorcidos
que crece y se hace cada vez más vasto
entre los muertos de este genocidio
perpetrado desde el crimen de Estado
podría nacer la nueva obra de Arte
cadena de oro incandescente
que relumbre en la piel del subyugado
que lo marque con la áspera y sonora
vociferación del fuego
la llameante precisión del Arte facto
lecho vacío expuesto
en el museo abstracto de la mierda
donde nunca hay descanso
para la rabiosa indignación
que no se acuesta con nadie.

La compasión no tiene oídos
La clemencia es sorda
El cansancio insuficiente
para esta máquina de muerte.

Las horas se hacen años sin respuesta    
en la línea productora del acantilado
ni la piedad de Dios se alzó sobre la
vastedad del infierno
ámpula pervive en el suplicio
cielo escarnecido abisma el agujero
de miles de cadáveres
donde sólo falta tu epitafio.
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2 que 3 caídas

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Primera Caída: Independientes contra neutrales

Como mencioné en mi anterior columna, desde hace tiempo intelectuales orgánicos como Enrique Krauze vienen declarando que en México no hay debate. A su ver, carecemos de discusión de altura, sobre todo en política. Puedo aceptar su crítica si ésta apunta a los disputados y gobernadores, pero no cuando se trata de los escritores independientes, aunque sean pocos los que enarbolan sin escepticismo esa bandera. 

Al respecto, me podría responder Cesar Cortés de la AEMAC que mi lectura de Gramsci debiera ser más esforzada, citando de sus Cuadernos: "...toda la filosofía idealista se puede referir fácilmente a esta posición asumida por el complejo social de los intelectuales y define la expresión de esa utopía social según la cual los intelectuales se creen "independientes", autónomos, investidos de sus propios carácteres, etc.”. Acusatoria que en apariencia dejó al desnudo las contradicciones de los escritores que se dicen independientes y hace más un año denunciantes de la opacidad dentro de la AEMAC, lo que devino en descalificación y a la postre en ninguneo.

Para retomar el tema, le digo a Cortés (como lo pensé en ese momento) que continuaré leyendo detenidamente a Gramsci, para no caer (como él lo hizo) en la descontextualización de su pensamiento, pues esa “independencia” que menciona Gramsci se refiere a una connotación ideológica muy distinta, propia de los intelectuales orgánicos, que precisamente devela desde un bloque histórico como funcional a la “hegemonía”, mientras que la independencia nombrada por nosotros desde el presente se refiere precisamente a la descentralización del poder.

Esta voluntad de independencia se expresa sobre el Ring de poesía de distintas formas. Tanto en la competencia donde se reconoce al adversario, como en publicaciones enarboladas por editoriales que buscan autonomía, libertad y autogestión. Un ejemplo fue la antología de poesía 40 Barcos de Guerra, que incluyó a más de 168 poetas de diferentes entidades del país. Al respecto, frente a la pregunta que formuló José Francisco Conde Ortega (profesor-investigador de literatura de la UAM-Azcapotzalco) donde cuestiona si sólo "40 Barcos de Guerra" quería apoderarse del centro y ser el grupo hegemónico, los editores respondieron: “si quisiéramos ser ese grupo hegemónico entonces nos llamaríamos 40 soles de guerra”.

Por lo cual, le digo a Cortés desde este Ring que no se me olvida lo que pasó con la AEMAC y que seguimos en espera de una respuesta satisfactoria. Qué lástima que no se solidarizaron con aquellos poetas que debieron ser publicados de acuerdo con la convocatoria de los Premios Nacionales de Literatura “Enrique González Rojo” en 2008, en lugar de los libros misceláneos que discrecionalmente les publicó Nahum Torres con los recursos municipales del Ecatepec perredista. Si en un principio no tuvieron conocimiento, después de tanto tiempo sin una respuesta al menos con carácter ético, ya constituye una complicidad.

Segunda Caída: Domínguez Michael vs Paz con Justicia y Dignidad

Para continuar con el desmentido de que en México no existe debate, abordo ahora un escrito de Cristopher Domínguez Michael publicado en el periódico Reforma hace un mes, titulado “Javier Sicilia y su causa” (en otra columna comentaré lo propio con Enrique Krauze), sostiene que el movimiento encabezado por Sicilia no tiene mayor rumbo que, a lo mucho, formar una asociación civil.

Es cierto que han surgido varias asociaciones civiles con enfoque de seguridad a partir de sucesos tan dramáticos como el asesinato del Juan Francisco (ver el caso Wallace) que a la postre han terminado por ser funcionales al régimen (con tendencias a la derechización).

Sin embargo el movimiento Paz con Justicia y Dignidad, a menos en las declaraciones de Javier Sicilia en Ciudad Juárez y El paso del pasado 10 de junio, así como en el programa de acciones al que se llegó como resultado de las mesas de trabajo realizadas en la UACJ, muestra otra tendencia.

Un ejemplo importante de esto último es cuando Sicilia exigió a las autoridades, tanto de México como Estados Unidos, eliminar el Plan Mérida. Estos recursos de EE.UU en su mayor parte se destinan a armamento e inteligencia, alimentando el complejo militar-industrial norteamericano, pero también forman partidas que otorgan dinero precisamente a las asociaciones civiles afines al PAN y que Domínguez Michael menciona como referencia al criticar el rumbo del movimiento con sólo esa alternativa o el de la izquierda radical. De maniqueísmos está hecha la intelectualidad (véase a Heriberto Yépez o a Héctor Villareal).

Francamente me parecería una contradicción que Javier Sicilia buscara formar una Asociación Civil o agrupación nacional a favor del régimen calderonista y al mismo tiempo propugnara por la eliminación de su principal fuente de financiamiento actual. Es como si de pronto Calderón estuviera en pro de la legalización de las drogas, no podría ser porque se le caería la justificación de su “guerra” y la de sus patrones del norte.

Creo que como crítico literario, Domínguez Michael es muy agudo. En su columna del suplemento cultural El Ángel, comentó ampliamente el poemario de Sicilia “Tríptico del desierto” que ahora califica de polémico a partir de que recibió el premio Aguascalientes de poesía en 2009 y ante cuestionamientos como el de Evodio Escalante (publicado en Milenio) sobre hasta dónde llega la intertextualidad y dónde comienza el plagio de autores como Eliot y Rilke, varios críticos como Domínguez Michael salieron en lúcida defensa del poeta católico entonces galardonado.

Sin embargo, Cristopher Domínguez antes de entender el movimiento lo descalifica y lo condena a fracasar. Eso sí, no deja de aconsejarle al poeta que medie entre los indignados y “quienes consideramos que el presidente Calderón posee toda la legitimidad para combatir al narcotráfico con quienes consideran errada la estrategia”. Eso de susurrar al oído del rey es muy propio de la organicidad maquiavélica. Le pide que como líder carismático tenga una política de contención y que se distinga de los que realmente proponen un cambio de quienes sólo hacen “pacifismo histriónico y antigobiernismo ritual”.

El régimen criminal de Calderón, según esta lógica, puede quedar intacto. Sin embargo, el movimiento de Javier Sicilia se le vuelve a adelantar a Domínguez Michael en su pronóstico, y lo rebaza, ya que la Caravana de Cuernavaca a Ciudad Juárez, constituyó en su conjunto una expresión de resistencia y propuestas fidedignas con el sentir de la gente “más dolida”, pues una de las principales demandas como resultado de este viaje emprendido hacia el norte del país, es el juicio político al Presidente de Domínguez Michael: Felipe Calderón.

Cristopher Domínguez Michael al final de su texto vuelve a la estafeta de crítico literario y alcanza a formular que “al menos en la historia literaria de México es muy raro que caiga un peso tan enorme en la espalda de un escritor”. Pero ni eso ha sido del todo, a pesar del dolor del poeta, pues la caravana fue adquiriendo una clara connotación religiosa además de las expresiones de inconformidad cívicas (por pacíficas), muestras de compasión donde Javier Sicilia seguramente además de escuchar historias indignantes (por terribles), recibió el abrazo de muchas personas, quitándole así ese peso enorme de encima, porque cuando una persona simplemente abraza a otra, éste tiene los ánimos de continuar, dándole la certeza de que con el asesinato de un hijo no termina la vida, ni la poesía, sino que comienza una lucha por justicia donde no estaremos solos. En Ciudad Juárez la población civil, no es sólo un deseo sino un hecho, resiste.


De la misma forma, algunos juarenses con los que platiqué opinan que el poeta no es Dios como para que  lleve justicia a esa ciudad fronteriza y en parte estoy de acuerdo. Pero también hay un desánimo en la gente y un dolor ante tanta injusticia, que la causa de Sicilia alivia a los deudos y convoca a los inconformes. El dolor es la razón de su liderazgo (eso sí: la primera vez que en México un poeta toma un papel de esta envergadura), lo que hace que las personas confíen de nuevo, en miras a consolidar el Pacto Nacional, porque consideran que Sicilia se encuentra en las mismas circunstancias de perder a un hijo y que esto mismo lo va a llevar a ser congruente hasta sus últimas consecuencias.

Tercera caída: Sueños de Silvia vs Comerciales de Calderón

La semana pasada Silvia y yo queríamos ir con la caravana a Ciudad Juárez, pero ambos fuimos cautivos de la Ciudad de México (por nuestras respectivas labores). El jueves en la noche me dijo que extrañaba más que de costumbre a su familia que vive allá en “juaritos” (donde ella nació y creció), que le hubiera gustado asistir sobre todo a las mesas de discusión de la UACJ (donde estudió sociología). Se durmió pensando en eso.

A la mañana siguiente que despertó, me contó que tuvo un sueño demasiado pesado, donde se dirigía ella sola en un camión para Ciudad Juárez y que a cierta altura de la carretera unos sicarios paraban el autobús y bajaban a todos los pasajeros, luego los llevaban a una bodega donde estaban más personas. Ahí estaban obligando a una mujer embarazada a parir y el sueño termina cuando le dan un tiro en la cabeza. De vez en cuanto vuelven sueños terribles donde el miedo se hace amo y señor , pero éste en especial significa su deseo por llegar a Ciudad Juárez en estos días que parecen de vital trascendencia. Aunque ella ya lleva varios meses conmigo, es verdad que muchos juarenses tienen pesadillas, dormidos y despiertos, problemas de insomnio a raíz de escuchar por la noche balaceras y por supuesto paranoia (son los males silenciosos) mientras que Calderón seguramente duerme muy tranquilo.

El viernes Silvia estuvo buscando información sobre la caravana y encontró que los medios de comunicación independiente habían dado amplia cobertura al movimiento encabezado por Sicilia, mientras que en medios oficiales las noticias estuvieron enfocadas en políticos en tiempos electorales. Eso le llamó la atención, porque también nos muestra la cobertura ciudadana del movimiento, de tal forma que podamos decir: “no estuve ahí pero no olvido”, donde la gran cantidad de noticias vertidas sobre la caravana constataba no sólo que este hecho era uno de los más relevantes en el país, sino que también facilitó elementos para relacionar los discursos generados desde el gobierno, por intelectuales como Krauze (que deja el beneficio de la duda sobre el movimiento) y Domínguez (que lo deshecha), frente a los significados (por ejemplo ¿qué representa Sicilia?) que se van articulando desde el movimiento mismo y que va dando contenido a la lucha.

Ya por la noche del viernes 10 de junio, vi en la televisión un comercial pagado por el Gobierno Federal, que me dejó pasmado (peor que el sueño de Silvia). En él, con motivo del día del ejército, aparecen militares preparándose para la batalla. Mientras realizan sus “labores” propias de entrenamiento, cada militar que aparece va gritando (como en regimiento) un nombre diferente: “Por Lupita”, por Carlos”, por María, etc.”, "muy patriotas", pensé, un sicario en cada hijo te dio. Entonces, vino a mi mente la marcha en el Zócalo de la Ciudad de México, cuando María Rivera leyó su poema “Los muertos”. En él también se nombran a las víctimas en sucesión de imágenes que a muchos conmovieron hasta las lágrimas:

“...se llaman Gelder (17) Daniel (22) Filmar (24) Ismael (15) Agustín (20) José (16) Jacinta (21) Inés (28) Francisco (53)…entre matorrales, amordazados…en parajes olvidados…desintegrándose muda, calladamente, se llaman secretos de sicarios, secretos de matanzas, secretos de policías, se llaman llanto…”

Por eso me parece perverso que Felipe Calderón pretenda apropiarse de los discursos que le exigen justicia y se quiera deformar a tal punto esta reivindicación de modo que deje de ser parte de un ideario ciudadano y se degenere en slogan de publicidad gubernamental, encima para justificar un régimen de militarización. Como también cuando Calderón anunció el programa “Todos somos Juárez” con referencia clara al zapatismo (“todos somos Marcos” ¿se acuerdan?); “Iniciativa México” (¿cuándo dejarán de hablar en nombre de todos?) o cuando dijo “yo también estoy (como ustedes) hasta la madre” (con referencia a la protesta de Sicilia).

El comercial pro-militarización del país del Gobierno Federal "Por ti", sin embargo, no trasmite ni conmueve lo mismo que el poema “Los muertos” de María Rivera (también galardonada con el Premio Poesía Aguascalientes), aunque el discurso hegemónico se apropie de propuestas ciudadanas como la de Sicilia de nombrar a todos nuestros muertos. Pero la poesía no será nunca un instrumento del poder, pues no responde a una lógica de dominación, sino que responde a esa necesidad vital de nombrar el mundo para redescubrirlo, con una nueva mirada indispensable para conseguir un cambio de rumbo. Sin embargo, toca a las y los poetas velar porque la poesía siga ocupando un lugar primordial en las vidas de las personas y que tenga la fuerza suficiente para transformar la realidad: No olvidamos.

viernes, 10 de junio de 2011

lunes, 6 de junio de 2011

Batalla campal con las mafias literarias


Por Arturo Alvar

No cabe duda que este ring se ha vuelto una contienda de revistas literarias. Este ring es testigo de duelos memorables. Primero en cartelera se anunció la pelea de Los Perros contra Los bastardos que terminó en guarapeta. Ahora desde las tribunas de Tabasco Lorenzo Morales Malasangre lanza un ejemplar de la revista Paideia sobre el Cuadrilátero, quien nos muestra sus puños amoratados de tanto gancho al hígado propinado a sus adversarios.

Desde su arribo a la Ciudad de México de Paideia, por una inmensa fortuna, en su séptimo número, nos deleitó con la pelea de un peso completo que se hacía llamar Arthur Cavran, a quien yo desconocía. Fabián Avenarius, su verdadero nombre a decir de Pascual Gaviria, nacido en Suiza a finales del siglo XIX, se inventó a sí mismo como poeta y boxeador, quien como un Aquiles y al mismo tiempo sobrino (por parte de su madre) de Oscar Wilde, de casi dos metros de estatura y poco más de cien kilos de peso, mandó al Hades a tantos mortales, con un gusto especial por los pintores,ya que tenía una publicación, la revista Maintenant, donde desquitaba su ingenio como si fuera siempre el último round.

Definitivamente me gusta el tema. De las similitudes entre el box con la poesía nos ha dejado testimonio Mario Santiago y no sé si Roberto Bolaño al contarle que su papá era boxeador haya estrechado aún más su amistad con Mario. En todo caso, varias historias de Bolaño nos han dejado el sabor de la pelea. Ya les contaré en otra ocasión quién es mi personaje favorito de su última novela 2666.

Pero no me imaginaba cuál seria la siguiente afrenta, ineludible ahora, que Paideia iba a entablar. En su décimo número, con mucho atino ha tocado el tema de las mafias literarias, aunque en estos les resulte a algunos difícil o hasta incómodo hablar del crimen organizado desde la propia cultura, cuando vemos que la injusticia y la impunidad en las calles ya son una realidad de facto.

Trascendió por sus editores que un grupo armado asaltó en la carretera al transportista que llevaba las revistas del número 10 de Paideia , con lo que aún no ha podido llegar de forma impresa (aunque si el lector impaciente como yo quiere consultarla, lo puede hacer vía internet). Me resulta paradójico que precisamente una mafia, aunque del rubro de los asaltacaminos de la "tierra de nadie" que se ha vuelto México, literalmente tuviera en las manos este periódico mensual de literatura. No sé si se habrán llevado siquiera un ejemplar, al menos eso sería de los males el mejor consuelo, aunque no creo.

Habría que construir una sociología de las mafias literarias, propone Enrique González Rojo Arthur (tocayo de Arhtur Cavran, por cierto) en un texto escrito y publicado en 1975, hace más de treinta años, que Paideia ahora rescata y que también en una época más álgida publicó El rey va desnudo (1989), una crítica a Octavio Paz que los acólitos de la clase intelectual dominante en México consideraron (y quizá todavía) una crítica "equivocada" hacia nuestro poeta solar.


Como quizá ningún otro escritor latinoamericano, la influencia de Octavio Paz trascendió el ámbito literario mexicano y tiene como característica su visibilidad con respecto hasta dónde puede llegar el ejercicio de poder en manos de un poeta orgánico, cuya opinión se erigía de manera indiscultible y tenía consecuencias en la política nacional, no sólo en la academia sino sobre todo en la orientación cultural e ideológica.

En todo caso, en el ámbito cultural mexicano se vivió (con sus permanencias) la centralización en torno al maximato cultural que fue Octavio Paz: el Rey solar, último de los Tlatoanis, quien en términos prácticos con una sola llamada podía hacer que dejaran de publicar a algún escritor que no le cayera bien, o disponer de un cargo en la estrucrura burocrática cultural.

Así le ocurrió a Enrique González Rojo Arthur. Los editores de una revista (del mismo alcance que Rumbo donde publicaron sus "Prolegómenos") dijeron que Octavio Paz les había cuestionado por teléfono: "por qué están publicando a mis enemigos?". Un calificativo demasiado grande llamar "enemigos" a poetas más jóvenes que en su momento intentaban abrirse paso, a decir del propio Enrique, pero para mí esto es muy lógico puesto que lo que estaba peleando Octavio Paz era implantar su hegemonía cultural.

Esto es más visible en el pragmatismo político de Octavio Paz, en un ejemplo que le da mayor claridad a su calificativo de "intelectual orgánico". En una llamada que hizo a Salinas, siendo éste Presidente de la República con el fraude de 1988, le aceptó todas sus exigencias para cambiar a la directiva del recién inaugurado Centro Nacional de las Artes y colocar así a un nuevo grupo.

Octavio Paz de manera delirante y ya entrado en la vejez, quizá por tanto sol que recibió a lo largo de su vida, sugirió despectivamente que ante el surgimiento del movimiento zapatista en Chiapas, el ejército (brazo armado de su "ogro filantrópico") se encargara de eliminar a todos esos "indios alzados" de la selva Lacandona. Y en Ecatepec, por cierto, el último recurso de un burócrata "intelectual" fue decirme, ante una discusión sobre mi inminente salida del municipio, que Octavio Paz había justificado la permanencia del PRI en el gobierno por su auténtica herencia revolucionaria.Qué barbaridad, diría mi abuelo.

Lo cierto es que Enrique González Rojo en sus “Prolegómenos” alcanza a formular una tipología en cuanto al comportamiento de la mafia, que permanece vigente aún en su generalidad como invitando a otros a adentrarse para desmenuzar la espesura del follaje. En este sentido, Adriano Rémura amplía la discusión y aplica casos concretos de lo que sucede en el ambiente literario actual, desde esferas con mayor influencia (revista Letras Libres) hasta las mafias pequeñas (como el caso de la AEMAC).

Queda pendiente, sin embargo, develar la microfísica en el actuar de estas mafias; explicar cómo se han consolidado bajo cierta lógica de poder; analizar sus discursos, estructuras y genealogías; aplicar herramientas teóricas y metodológicas desarrolladas precisamente durante los 30 años desde que se expuso el problema. Pero sobre todo, no hay que desdeñar el valor histórico de textos como el de Enrique González Rojo. En este sentido, el número de Paideia en su conjunto puede también ser considerado un documento de denuncia que en ningún momento del combate ha dado muestras de bajar los brazos.

Hace tiempo que los intelectuales orgánicos vienen declarando que el debate de ideas en México es inexistente. Ahora sé que forma parte del clásico ninguneo que establece la mafia. Para ellos nadie está a la altura. Por eso cuando estamos llegando al último tramo de este sexenio de terror, quieren hacernos creer que sus críticas son las más válidas y salen como si fueran los primeros en denunciar y proponer (susurrando al oído de Sicilia) salidas al problema (o de plano la cancelación de todo movimiento), cuando es evidente que la sociedad está harta de tanta injusticia que no es de ayer (ellos lo debieran de saber más que nadie).

Creo que hay que enfrentar a las mafias literarias comenzando por abrir, aunque sea a portazos, un espacio para la batalla campal de las palabras. Definir los contornos del nuestro ring, ahí mismo donde termina el enemigo y empieza el adversario, puesto que bien dijo un poeta de Neza: “hay muchos poetas mafiosos que no leen ni siquiera a sus amigos”.

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La vigencia de Sapiencia en la UAM-Azcapotzalco



Por Arturo Alvar

La revista Sapiencia, Sociedad en Movimiento, es un proyecto editorial impulsado por los estudiantes de Sociología de la UAM-Azcapotzalco, que abre un espacio de expresión escrita para la libre reflexión y retroalimentación de experiencias, con la finalidad de dar a conocer, profundizar y discutir sobre las diferentes problemáticas sociales que acontecen en nuestro país y en el mundo actual.

Nos parece fundamental que la comunidad universitaria cuente con revistas y proyectos editoriales de carácter específicamente estudiantil, ya que esto no sólo cumple con el objetivo que tiene la UAM de preservar y difundir la cultura, sino que ha permitido a los estudiantes de diversas disciplinas hacer uso de las herramientas que les son propias: la discusión teórica, el pensamiento crítico y la puesta en práctica del conocimiento adquirido mediante el ejercicio de la escritura.

La revista nace a mediados de 2005, con un tiraje de 1000 ejemplares y financiada por algunos alumnos que entonces acudieron al XII Encuentro Nacional de Estudiantes de Sociología (ENES). Fue presentada el 26 de mayo en la Universidad Autónoma de Aguascalientes, junto con la revista Hecho Social de los estudiantes de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, con lo que desde ese primer momento la revista ha tenido un alcance nacional en cuanto a lectores y colaboradores.

Al considerar que los estudiantes habían mostrado un interés por demás sobresaliente para continuar publicando otros números de la revista, el Departamento de Sociología aceptó respaldar este proyecto, con lo cual en 2006 se gestionaron y consolidaron recursos del Programa Integral de Fortalecimiento Institucional (PIFI) así como se presentó y aprobó el proyecto por unanimidad ante el Consejo Divisional, quien ratificó a los integrantes del comité editorial de Sapiencia.

Son hasta el momento ocho números editados y siete publicados. Cuenta con más de 90 colaboradores y más de 100 artículos publicados, con una mayor participación de estudiantes de la UAM (26), UNAM (18), otras universidades del país (19) e incluso del extranjero (12). Cabe mencionar que ha contado con el respaldo de escritores de reconocida trayectoria (21).

Hay que considerar que si bien Sapiencia cuenta con los recursos de la UAM-Azcapotzalco para imprimirse (lo cual es vital para su continuidad), se distingue por ser una revista cuyo proceso de edición se realiza por los mismos estudiantes, reduciendo de esta manera importantes costos de producción puesto que, entre otras cosas, no paga a dictaminadores ni correcciones de estilo, ni los integrantes del cuerpo editorial reciben incentivos como sucede con otras publicaciones académicas.

Asimismo, quienes participan en la revista no esperan retribución monetaria alguna, sino únicamente la satisfacción de ver publicados sus trabajos, siendo que estudiantes que en su momento publicaron en Sapiencia cuando cursaban la licenciatura, esto a la postre les ha permitido sustentar apoyos, becas y acceso a maestrías (en donde toman muy en cuenta este tipo de aportaciones).

En cuanto a su agenda cultural, la revista se ha presentado en diversas universidades del país, participando en congresos, homenajes, presentaciones y eventos artísticos, con lo que ha mantenido una presencia propositiva en el medio académico e intelectual. Por ejemplo, ahora está en puerta la presentación del último número en el Encuentro Latinoamericano de Ciencias Sociales  (organizado por ALAS) como uno de los proyectos que mayor impacto tienen dentro de la Red Nacional de Estudiantes de Sociología en México.

Como en todo proyecto editorial, Sapiencia tiene varios retos todavía por librar, sobre todo en cuanto a la periodicidad con que sale cada número, puesto que actualmente se está por imprimir el número correspondiente al segundo semestre de 2010, con lo que existe un rezago de dos trimestres, el cual se espera solventar con la impresión del número doble (6 y 7) dedicado al tema laboral y con el siguiente número enfocado a los estudios de género, los cuales ya corresponden a 2011.

Lo anterior, sin embargo, no se puede considerar como un problema exclusivo de Sapiencia, sino de varias publicaciones de la DCSH. En todo caso, por su carácter estudiantil, la revista tiene la necesidad de renovarse conforme avanza cada  generación, lo que implica que el proyecto sea conformado siempre por personas en plena formación sin que esto se traduzca en una pérdida de la experiencia adquirida por aquéllos que iniciaron y dan continuidad al proyecto.

Actualmente dentro de la revista se proponen las siguientes acciones para subsanar lo anterior, tales como: ratificar al Consejo Editorial entrante, conformado por estudiantes de la licenciatura en Sociología que aproximadamente se encuentran a la mitad de la carrera; publicar artículos de temas más variados que no necesariamente respondan a la temática del número, con lo que se reduce el tiempo y la dificultad de conseguir colaboraciones; mantener activo el espacio web de la revista para dar a conocer la convocatoria vigente, así como estar en contacto con colaboradores de números anteriores que deseen aportar otras líneas de discusión.

Es necesario también que los estudiantes de integrarán el nuevo Comité editorial tengan una vinculación más directa con las autoridades de la División de Ciencias Sociales y Humanidades, así como del Departamento de Sociología y representantes estudiantiles, para lograr una gestión más efectiva, en tiempo y forma, de los recursos que se requieren para poder imprimir la revista sin mayores contratiempos.

La revista Sapiencia no es un mero receptor de artículos que en su momento serían descartados por las revistas académicas que reducen sus espacios a investigadores y académicos ya consolidados, sino que también genera un discurso respecto a la postura de los estudiantes frente a los problemas sociales de la actualidad. Esto significa que coloca al estudiantado como un actor social en movimiento, convencido de que tiene algo importante qué decir.

En suma, estamos orgullosos de traer el sello de la Universidad, porque con satisfacción hemos constatado que el proyecto editorial de esta revista también le fructifica a la institución, en cuanto al cumplimiento de su misión formativa tan necesaria para transformar la realidad social, puesto que una UAM sin revistas estudiantiles creemos que sería una Casa incompleta.