miércoles, 29 de diciembre de 2010

Ciudad de la pregunta calcinada


Para Koji Nishida

¿Qué sorda imploración borra epitafios
llaga de olvido la pregunta calcinada?
Oye cómo cae un alud de palabras
júbilos de huertos sin raíz
detona
pantomimas de escoria
crepitación entre ojos:
HIROSHIMA
Grito que no cesa
nos concierne su sangre sin aliento
levantada la sombra sin polvo
último vestigio:
BUDA
Meteoro partido
a unos pasos inefables del templo
vuelto el eco: tropósfera y vasija
remanso de la luz: inocente lejanía
soles estrellados en las testas:
ÁTOMO
Clamando fórmulas
huecos para entierros
la niña se esparce en tu sueño
sumisa de muros
vira hacia el desvelo:
8:15 seis de agosto
pequeños bastardos del tiempo.

(Toledo, 2005)



Matryoshka Ulia

Tus anhelos en mis pasos son de lluvia
mis silencios te hacen sueño
en la nieve sin nombrar largas miradas
te hacen geodas en mis dedos
amatista en mi recuerdo donde moras.

Has venido con matryoshkas a esta calle
son tus ojos de la blanca Bielorusia
llanto de las lunas
muñecas con el vientre desdoblado
que me llaman por mi nombre y yo te digo:
no te vayas, todavía.

Me han llegado los pavores por la espalda
engendraste un par de amores en mi pecho
salgo a vislumbrarte cuesta abajo
repito que perderse en otra tierra
fue encontrarte.

No te quiero hacer poesía porque existas
en la vida no eres sed
eres el agua que me abreva
un alije para mi alma
rauda y queda
que en la fuente de mi sangre se evapora
llueve ahora
y el murmullo de las gotas dice "Ulia".

Entraste en otra piel, cómo te guardas.

.


(Toledo, 2005)

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